Robotín de Google

15 de noviembre de 2012

Dilthey al aparato



"Y mientras nadie afirme que es capaz de inferir el complejo de pasión, creación poética y reflexión intelectual que llamamos la vida de Goethe, de la estructura de su cerebro, de las propiedades de su cuerpo, y hacerla así mejor comprensible, no se discutirá tampoco el puesto independiente de una ciencia semejante". DILTHEY, W. , Introducción a las ciencias del espíritu.

14 de noviembre de 2012

El coste de la objetividad

Me asombra la capacidad de algunas personas de objetivizar todo de una manera tan radical y extrema, como si el debate no fuese con ellos, como si hablar de muertes de dioses, de desapariciones de almas y de mentes no tuviese ninguna importancia en sus vidas.
Entiendo que para arreglar un coche muchas veces hay que desmontarlo, quitar piezas inútiles y cambiarlas por otras. Puede que el coche arranque y circule perfectamente sin muchas de esas piezas, ¿pero qué ocurre cuando arranca pero no circula?

No podemos ponernos en la piel de los animales, somos animales pero seguimos sintiendo que estamos unos pasos por delante suyo (aunque sea por nuestra capacidad de hablar y escribir), en cambio a la hora de naturalizar todos los problemas nos pasamos por el forro esta cuestión, actuamos de manera despreocupada, como si la destrucción que fuesemos a llevar a cabo no dejase nada por el camino, como un botellón o cabalgata que lleva siempre tras de sí a los servicios de limpieza y que hacen desaparecer cualquier rastro de lo ahí ocurrido minutos antes.

Tampoco es bueno poner esto mucho en duda. No sé si por suerte o por desgracia cada día me encuentro más frente a este tipo de gente que parece que no ve delante suyo otra cosa más que la ciencia en todas sus vertientes. En cambio luego las conoces un poco y resulta que se enamoran, que dejan de comer (¡cosa más natural!) porque quieren ver no sé qué película (¡cosa más antinatural, ver películas!) y no llegan a comprar las entradas, que tocan el piano, que leen libros, que pierden horas y más horas emborrachándose (no estoy siendo moralista, estoy poniendo ejemplos de actividades que no tienen nada que ver con la supervivencia de la especie o de satisfacer los deseos básicos de una supuesta pirámide de Maslow), etcétera.

Resulta que lo que les preocupa por encima de todo es ese Estado (con mayúscula), cómo funciona, qué es la democracia, cómo se vota, cómo se intenta ejercer presión, ¡cosa más antinatural que el poder político!  No dejan de dar vueltas a los mismos asuntos.

Desgraciadamente la ciencia natural les ayuda muy poco a comprender esos eventos. Las longitudes de onda no tienen nada que ver con nuestra vivencia de los colores, la acumulación de sonidos (no aleatorios) en una sinfonía nos causa emociones, nos hace recordar determinados eventos pasados, etc. Ok, podemos achacar todo ese sentimiento a conexiones neuronales, podemos reducirlo a la mera electricidad. Pero por mucho que una neurología o una psicología nos den información valiosísima sobre cualquier evento será de todo imposible (no porque, mal entendidas, no puedan,¡ sino porque NO TIENEN LAS HERRAMIENTAS PARA ELLO!) que nos den una resolución. No dejarían de ser explicaciones cuantitativas sobre experiencias subjetivas y cualitativas: vivencias personales, intransferibles, insometibles al estudio.

¿Por qué siguen existiendo jueces? ¿Por qué no hemos construido un ordenador que, con un input larguísimo de condicionantes e información relevante sobre un determinado caso pueda tomar la decisión que mejor crea conveniente sin problemas políticos o ideológicos de por medio? ¿Qué es lo que diferencia la inteligencia artificial de la humana? ¿Nos acogemos a la definición de la máquina de Turing y decimos que hay mente en cualquier ente que pueda demostrar el mismo comportamiento que la mente humana? ¿Es o será eso posible?  ¿Nos conviene? (prospectiva) ¿Son cosas iguales, o diferentes? ¿Para eso sirve la ciencia? (utilitarismo) ¿Por qué la ciencia no se ha preocupado de crear un sistema económico que dé respuesta a las infinitas necesidades del ser humano? ¿Acaso no importa más quitar el hambre del mundo que desarrollar redes de telecomunicaciones? Ah, que la economía no es como la física. Vale.

En la misma crítica, ¿no están usando un lenguaje natural, no formal, con sus equívocos, recursividades, cargas culturales? ¿Se puede pensar objetivamente con un aparato lingüístico con tales handicaps en su seno? No, no somos máquinas.

De todos modos, aquí estoy yo para exponer la realidad (¿puedo sostener que esto no es una opinión, sino una descripción objetiva?, este problema que veo que no va a desaparecer, un problema tratado en literatura, cine o poesía, un problema que quizá de momento no importe pero que me hace temer lo peor de cara al futuro.

No apelaré a las tripas con demagogia barata ni a los sentimientos del lector diciendo que este pensamiento que estoy desvelando como, en muchos casos, criminal, ha provocado la aparición de la bomba atómica. No, no es relevante ni creo que nos dé luz sobre el caso. Hablo de mantener el sistema, hablo en general de la vida de la humanidad, no de los habitantes de la concreta Hiroshima.

Hablo de la libertad, signifique esto lo que signifique.

13 de noviembre de 2012

La "idiotez" en Gustavo Bueno



Iba a hacer un post titulado así: "Los ingenieros y científicos, para ser buenos en sus actividades, tienen que ser idiotas".
Iba a tomar la etimología antigua derivada del griego (idiotes) y hacer una especie de juegos lingüísticos para demostrar por qué para tener buenos científicos, que hagan bien sus tareas y, en el mismo caso, para tener buenos médicos, arquitectos e ingenieros, deberían ser idiotas en el sentido más ancestral de la palabra.

Así le gusta sorprender, entre otros, a Gustavo Bueno. Es muy potente (por lo chocante más que otra cosa) lo que una definición así puede sugerir al espectador.

-En un principio un ingeniero, por muy débil mental o idiota que sea (repito, en el sentido clásico) se va a sentir insultado y va a comenzar a ver al maestro de la etimología como un cretino que hace juegos con el lenguaje para llamar la atención.
-Posteriormente quizá entienda a dónde va a parar ese cretino, que no pretende otra cosa que decir que el argumento de un médico sobre cosas que no son medicina tiene tanta o menos calidad como la de un barrendero. Y se preguntará: ¿por qué me pone a mí como ejemplo de idiota?

Me gustaría desglosar el pensamiento de Gustavo Bueno en muchos posts, pero es tan amplio y abarca tantas áreas que necesitaría unos cuantos años más, al menos para conocer qué sería eso de cierre categorial y materialismo filosófico y luego poder criticar en consecuencia. Qué perturbante es aquel principio que obliga a conocer bien un sistema antes de criticarlo, perturbante porque bien puede ocurrir en el camino de la crítica que uno comience a interiorizar todos los conceptos y a hacerse adepto del mismo (cosa que sucede hoy en día a muchos leyendo a señoras como Simone Weil o a los marxistas clásicos, aunque no nos den apenas luz sobre los problemas de nuestro día a día).

Una de las cosas que más me han sorprendido escuchando conferencias de Bueno es que entremezcla en ellas teorías muy profundas (cuyo conocimiento y manejo es amplísimo, casi difícil de creer) además de una ironía muy sutil que las recorre. Libros como "Zapatero y el pensamiento Alicia" nos pueden resultar indicativos de por dónde se mueve Bueno ideológicamente pero, buceando un poco en ellos, vemos esos títulos como productos del marketing más que como (así pienso yo que debería ser siempre) una síntesis de su contenido.

Gustavo Bueno no opina.

Bueno siempre está girando entre una pretendida objetividad a la hora de hablar sobre el mundo (desde todas las aristas a las que su aparato gnoseológico permiten entrar) pero aprovecha para dar rienda suelta a algunos de sus sentimientos anti-gilipollas e idiotas.

El resultado es muy simpático, son flechas argumentales, ves cómo palpita en cada una de ellas, no sabes si es la razón, si es el sueño de objetividad que tanto han perseguido la mayoría de los filósofos... pero aprendes, ves, distingues, te ayuda a saber qué está bien argumentado y qué está mal, a veces en las mesas redondas está hablando un ponente y por detrás (si los micrófonos no están apagados) se escucha a Gustavo Bueno afirmando lo dicho o negándolo, no callado, no se puede callar, no se lo permite ni su edad ni su ímpetu. Ya no está en edad de callarse, así deberían hacer todos, un profesor no puede (a mi parecer) jubilarse del todo, si estuviese verdaderamente apasionado por las teorías o por las prácticas en las que desemboca no podría jamás de dejar el terreno de debate, no podría pensar siquiera en abandonar esa crítica constante, esa argumentación potente, pasando de falsas humildades y llevando por bandera su conocimiento y estudios.

No he encontrado mejor orador en la actualidad que Gustavo Bueno, mejor dicho, no he encontrado un posible contrincante más eficaz y dañino en debates racionales como lo es este hombre (por supuesto, dentro de su rama, porque Bueno también es idiota, usando el sentido etimológico, en las demás ramas que no conoce). No siento deseo alguno de enfrentarme a algo así, al menos hasta dentro de unos cuantos años no tendría las suficientes herramientas para ello y probablemente Gustavo ya haya fallecido. Aún así siento que llegar a su nivel es una especie de meta intelectual, de compromiso adquirido.

Cuando una persona es llamativa y eminente en su campo se suele decir que hay dos opciones: o amarlo u odiarlo. Tampoco creo que esta cuestión se pueda aplicar aquí, no se puede pensar en Gustavo Bueno con las tripas (aunque, repito, muchas de sus críticas y comentarios parezcan encontrar mayor energía usando esas tripas, pero siempre sublimándolas y proyectándolas en su discurso fundamentadísimo y correcto), no creo que se trate de quererle o despreciarle.

La regla general en este país, como todos sabemos, es despreciar a lo eminente. Cuando se muera quizá reciba algunos premios póstumos y consideraciones y haya gente que se dé cuenta de que existía. Eso me molesta bastante, tanto cuando los llevo conociendo desde hace años y de repente gente que no tenía ni idea de su existencia comienza a descubrir su valor como viceversa, cuando con el pensador (o lo que fuese) estaba vivo y yo mismo he ignorado su existencia.
Pero llega un punto en que los años pasan y no conocer a determinadas personas es una especie de pecado en una comunidad, ¿quién no conoce hoy a Jose Luis Sampedro? No voy a decir que quién no conoce a Emilio Lledó o a otros, pero la muerte les reconcilia con la publicidad.

Lástima que el pensador del siglo XXI, si quiere ser tenido en cuenta, deba dedicar la mitad de sus esfuerzos a publicitarse en radio, televisión e internet.
Pues bien, Gustavo Bueno recoge en su figura y en su vida el paradigma del pensador: completo, escritor, profesor, publicitado, crítico y polémico.

Critiquémosle, con argumentos fundados, evitemos a toda costa esa idiotez tan positiva para el científico y perniciosa para el opinador público.

PD: Este post es una alabanza a Bueno como figura, las críticas no se harán esperar conforme, repito, tenga los medios y el conocimiento suficiente como para realizarlas.

12 de noviembre de 2012

Twitter "@ifilosófico"

Dicen que Twitter es lo más cercano filosóficamente hablando a Nietzsche, pues el pensador alemán gustaba de comprimir su pensamiento en frases cortas, supongo que muy influido por Schopenhauer, maestro del aforismo.

Pero dejando esas analogías tan cogidas por los pelos por los profesores de filosofía, que buscan hacer atractiva su asignatura a los alumnos cada vez más metidos en las nuevas tecnologías, me parece que Twitter es lo más antifilosófico e irreflexivo de internet.

Para expresar un pensamiento con un mínimo de enjundia necesitamos espacio: espacio físico o espacio temporal (dependiendo de si escribimos o de si hablamos). Es curioso que aquello que creemos inmaterial y nebuloso no tiene otra forma de expresarse que ocupando la realidad y la temporalidad. Por eso tenemos jornadas de 6 horas de clase (o más), si no con transmitir los pensamientos vía mental sería suficiente.

Twitter nos ha dado la razón en los últimos años a este respecto. A veces comprimir ayuda a ser claro y conciso, ayuda a no pasar desapercibido por lo dificultoso de un sistema de valores o de pensamiento, por eso esta red social tiene tanto éxito: en ella se lleva lo rápido, lo corto y lo insuficiente.

Leí en un blog hace pocos días una crítica "feroz" al escritor de frases de autoayuda (bajo el velo filosófico) @ifilosofia. Es una cuenta que siguen millones de personas, ¿por qué?, por lo que ya he dicho: lo fácil de seguir tonterías comprimidas, lo bien que el espectador se siente ante frasecitas que le hacen pensar durante dos segundos pero que luego desecha con un leve movimiento de su dedo pulgar para seguir leyendo el TimeLine.
La gente necesita consejos "espirituales" hasta en la sopa, pensamientos de galletita china de la suerte, filosofía de garrafón, de barra de bar, filosofía sin fundamentos, filosofía por deporte y por entretenimiento alejado totalmente de lo que se supone que, hoy en día, debería ser filosofía (no una mera especulación sin sentido, sino todo lo contrario).

Así, además de conseguir una generación entera que se engancha al discurso de autoayuda reinante (aunque no compre a Punset, o a Paulo Coelho) estamos por descontado desprestigiando a la disciplina filosófica (ya de por sí desprestigiadísima por el cientificismo atroz en el que nos encontramos hoy en día) y vendiendo duros a cuatro pesetas, porque eso no es filosofía, esas son frases cogidas fuera de su contexto (probablemente muchas dentro de un libro de 500 páginas, infumable, que para leer es necesario conocer un contexto y, además, a otros 20 autores), frases en ocasiones inventadas, citas apócrifas...

Aunque fuese por ir en contra de la tontería humana y del discurso fácil y barato ya sería un motivo suficiente para hacer este post.
Me mueven esas y también otras intenciones: no quiero salir a la calle, decir que soy estudiante de filosofía y que se piense que tanto yo como los demás nos dedicamos a hacer horóscopos o a discurrir sobre el sexo de los ángeles.
Eso será otra cosa, pero no entra dentro de la concepción "seria" de la filosofía que, a mi parecer, hay que tener.

Si Voltaire levantase la cabeza y entrase en Twitter se volvería a morir del susto.


1 de noviembre de 2012

Consecuencias en prensa del debate ciencia-fe de Oxford






Un montón de gente ocupa uno de los teatros principales de la Universidad de Oxford. Otras dos salas más, como aquí en Madrid se hace cuando llega alguien importante a la Fundación Juan March, retransmiten en directo por sendas pantallas gigantes de televisión lo que en el teatro principal ocurre.

El rector presenta a los dos contrincantes, controlados por el jinete moderador que suponemos que es filósofo aunque sus fuertes influencias escolásticas nos hagan hacer dudar un poco de tal afirmación.

El debate comienza entre uno de los ateos más importantes y mainstream del momento (Richard Dawkins) y el arzobispo de Canterbury (cuyo nombre no va a interesar en esta reflexión).

Comienza todo muy educadamente, el moderador apenas tiene que dar unas cauciones mínimas.
El ambiente de respeto y de cuidado con el vocabulario se puede mascar, Dawkins se moja más bien poco y el arzobispo... el arzobispo no puede hacer otra cosa que mantener un discurso moderado dentro de su rama argumental, conocida desde hace años por todos de mejor o peor manera.

La deriva (y me ciño al contenido del debate, procurando alguna objetividad en relación a los dos contrincantes) dejó de lado a si existía o si no existía dios, al nivel de existencia, a si era posible conocer a dios (incluso llegando a obligar a Dawkins a proclamarse agnóstico y no ateo) para pasar a hablar de cosmología: de lo bello que era el universo y de lo increíble que es el mundo en que vivimos.

Increíble el mundo, sí, e increíbles nosotros, como tan bellamente decía el divulgador científico Carl Sagan: "Somos polvo de estrellas".
Pues me van a perdonar pero a mí eso de ser polvo de estrellas me parece poesía barata (no digo con esto que yo pueda hacer mejor poesía) y, además, no me hace sentirme identificado para nada y me inquieta hasta límites insospechados por todo lo que deja traslucir.

El agnosticismo en España es más curioso que el que podemos encontrar al norte de los Pirineos. En la época de Descartes no necesitábamos a un Descartes, nosotros ya estábamos curados en salud a ese respecto.

El Discurso del Método y la voluntad de Descartes de encontrar un aspecto básico e indudable se encontraba salpicado (manchado, diría yo) por una constringente cultura de lo místico-mágico que daba pie a la elaboración de supercherías varias y estupideces que hoy en día aún siguen viéndose por televisión (Más allá de la vida) pero que en aquel entonces daban al mundo sus ejemplos más escalofriantes.
Aquí no hacía falta escribir libros, suficiente hacía la Inquisición en contra del pensamiento mágico.

Pues bien, el agnosticismo español, desde el siglo XIX, era la dulcificación del ateísmo, era como ser gay frente a ser maricón, era como ser working class y no proletariado. Al menos así es (porque sigue siendo de esta manera) en España. En este país las cosas han seguido otros derroteros muy diferentes de los que se llevan a cabo en Inglaterra, aquí en España costará mucho encontrar un debate parecido al que os cito de Oxford en el que dos contrincantes de esa índole se enfrenten dialécticamente.

Haberlos haylos, pero somos tan realistas que enseguida que olemos a sotana o bien abandonamos el debate o bien nos ponemos a gritar (deporte favorito del tertuliano marca blanca) hasta que el pobre curilla se calla temblando y a punto de llorar.

No valen las mismas categorías de Inglaterra o de Francia, aquí no cabría algo así.

En cambio, ese debate tuvo un seguimiento bastante importante por parte de los autoproclamados librepensadores, laicos, ateos, escépticos y críticos españoles.

Estos, al terminar de ver ese debate (tanto los que tenían la ventaja de saber inglés y siguieron en directo, y después los que estuvieron interesados en ver la traducción por Youtube, como los que leyeron lo que los periodistas decían sobre la cuestión) se encontraban, como casi siempre que un español asiste a un evento cuyo contenido tenga posibilidad de comentar más tarde en el pequeño conciliábulo de su grupo de amigos, bajo un halo de intelectualidad fingida y una profundidad procaz, desmedida y fantasiosa.

La crítica que hace Gustavo Bueno en "Teatro crítico", valga la redundancia, va justo a esto. A Gustavo Bueno le pareció interesante el debate no por lo que allí se contó (según él, era solo una mera divagación propia de alumnos de primero de bachillerato, con el debido respeto) sino por la sorprendente acogida que había tenido tal evento en la comunidad, repito, "librepensante" de todo el mundo y en concreto de España y su prensa.

Asistimos aquí a la capacidad casi congénita del periodismo español por banalizar todo lo que toca, comprimiendo significados amplísimos en titulares que muchas veces quedan contradichos con la "bajada del título".

"Cara a cara entre ciencia y religión".
"Espectacular debate entre ateo y religioso"
"Darwin versus dios".

...

Creía necesario comentar y aportar algo más al metadebate de Bueno y sus colaboradores, seguramente no lo he conseguido pero al menos espero haber animado a alguien a ver ambos debates, tanto el de Oxford como el posterior que lo critica (a mi juicio, más interesante y esclarecedor).

Un saludo.

Francisco Riveira
En Zaragoza, 1 de noviembre de 2012

25 de octubre de 2012

Las bondades del radicalismo: sobre el aborto



Antes de comenzar quería avisar de que muy pronto tanto este blog como el programa de podcast que le acompaña cambiarán de nombre. Aún no lo he decidido pero la temática estará siempre rotando sobre la crítica (a la raíz) social y la filosofía (historia, fundamentos, ideas...).

...

Era medio día y quedaban varias horas para comer. Un compañero de la residencia que, además, hacía la misma carrera que yo bajaba a mi piso para hablar conmigo. Normalmente tratábamos sobre literatura, a veces me ponía pesado y le pedía que colaborase en el podcast ofreciendo sus amplísimos conocimientos sobre historia, etc. Pero justo esa mañana estaba yo enfrascado en un asunto técnico: cómo comenzar el primer ensayo del curso (y de la carrera).
Quería escribir sobre cómo debatir en el tema del aborto para más tarde preparar una exposición oral (que podéis escuchar haciendo click AQUÍ).
Yo andaba muy verde en relación con el tema. No era solo aborto, había mucho más debajo del tema. No era el problema la tecnología del aborto (cuántos meses tenían que pasar para considerar al feto una persona, qué maneras había para abortar, etc) pues eso interesaba más bien poco, sino de los problemas nematológicos que podían derivarse.

Verde, porque en mi cabeza tronaban aún las estúpidas disquisiciones sobre la tecnología de el hecho de abortar.
Entonces él comenzó a desvelarme la raíz del asunto.

El discurso tecnológico por el que, en un principio, abogaba yo, era el siguiente:

Bien, el aborto consiste en la expulsión del feto/nasciturus (nasciturus = el que va a nacer) de las entrañas de la madre antes de que naturalmente lo haga e incapaz este de sobrevivir por sí mismo (siempre diferenciado de un bebé que nazca a los 7 u 8 meses y que justo tras el parto vaya a una incubadora). Dejado esto más o menos claro (aunque alguien que tenga más conocimiento sobre biología podrá ajustar mucho mejor la definición, yo no lo veo necesario hoy en día), el problema se mueve a otro terreno: la neurología. ¿Cuándo está formado el cerebro? ¿Cuándo puede sentir el bebé? Muchas de las opiniones sobre el aborto rotan sobre este, digamos, segundo escalón en la profundidad del tema sobre el aborto.

Pero también lo consideramos (hoy día) una simplificación y una absurdez propia del cientificismo más atroz. Así las cosas, la ciencia (biología, ginecología, neurología) poco pueden decir sobre este evento. Pueden realizar acercamientos sobre la temporalidad de las formaciones neuronales y de los demás miembros del nasciturus, pero en ningún momento eso va a suponer una razón suficiente para decidir a fortiori si abortar es bueno o malo.

Aquí los curas tienen razón, démosles un voto de confianza, hagamos que creemos que su crítica es bienintencionada, que va en busca de la verdad (y sin intención de evangelización) y prosigamos.

Al igual que nadie se convierte en adolescente de un día para otro ni se hace viejo tras levantarse de una siesta en una tarde de otoño, tampoco una persona sucede de un día para otro.

Aparece (permitidme la licencia de "escalar" así el debate, aunque sabemos que toda categorización y cerco supone necesariamente una simplificación del asunto tratado) un nuevo escalón en el debate.

¿Cuándo se es persona? ¿Al nacer, al comenzar a sentir? ¿Cómo sabemos que siente?
Responder a estas tres preguntas que a botepronto se me ocurren nos llevaría mucho tiempo y, creedme, aun no nos pondríamos de acuerdo. Aquí tendríamos que aportar ya una teoría antropológica y también otra mentalista porque, ¿cómo sabemos lo que siente un nasciturus si cuando nosotros lo fuimos no estábamos en disposición de tener juicio sobre lo que sentíamos y, cómo dudarlo, somos ahora incapaces de recordar lo que "vivíamos" en el útero materno?

Hemos llegado a un escalón en que hacen acto de aparición varias materias: la antropología, el mentalismo, también la neurología (hagamos el esfuerzo de creer que la ginecología abarca en alguna medida todo este problema, pero que su potencia teórica se agota antes de responder a todas las preguntas que nos hacemos con todo el derecho del mundo) y, por último, la espiritualidad o las influencias culturales de los sistemas de pensamiento mágico, místico y religioso.

No cabe duda de la grandísima influencia que esto tiene sobre los asuntos aquí tratados.
En los Estados Unidos, aún hoy, se sigue dando vueltas a este escalón, y no se va a llegar nunca a un acuerdo (así como podréis escuchar en el episodio de podcast que enlacé antes).

...

Ahí me quedé.
Pero mi amigo no se quedó ahí. Me descubrió que en realidad todas esas discusiones sobre persona sí, persona no, vida sí, vida no, etc etc, eran en realidad una manera muy hábil de esconder un problema bastante más grave y superior.

Llegamos al cuarto escalón: el judicialismo, el jurismo también ATROZ (al mismo nivel o a un nivel superior que el del cientificismo).
Una ley no es dios, aunque muchas veces se la trate como tal. Las leyes no están ahí desde el Big Bang, son escritos, son consensos tras debates, son decisiones en su mayor medida políticas e ideológicas, y tan leyes son las del ojo por ojo de Hammurabi como las que tenemos hoy en España.
¿Cuál es la diferencia?
En el sentido que queremos dar en este post no hay ninguna. Las leyes en su raíz no tienen diferencia. Otra cosa es su enunciación: lo que predican es diferente, pero el que las predica sigue siendo un sujeto, con muchas ideas preconcebidas e imposible de escapar de su historia e influencias.

Por tanto, decir que el "sí al aborto" o el "no al aborto" es algo que las leyes tienen que decidir y que, una vez dicho hache o be en la ley, se acabó el debate, me hace sentir muy intranquilo y deseoso de salir y repartir estampitas cambiando imágenes de vírgenes por las de jueces de prestigio internacional.

Deberíamos de ser capaces de debatir más allá de las leyes. Si estas recogen tras esos numerosos debates una conclusión, allá ellas. Pero nosotros no necesitamos las leyes para fundamentar nuestros debates, lo que necesitamos son las razones que han llevado a aquellos ciudadanos del pasado a aprobar determinadas leyes. ¡Tan o más importante es, como decía Ortega, saber la fecha en que se escribió una obra que su mismo TÍTULO!
Probablemente el primer dato nos haga suponer determinados modelos de conducta, intenciones y posibles contradicciones. El título es, en muchas ocasiones, fruto de otros intereses (publicitarios, sintéticos...).

El título (en este caso la sentencia o ley al respecto) no nos va a servir de nada.

Estos argumentos me parecieron adecuados y al rato subimos a comer. Los masqué y rumié meses más tarde.

...

El último escalón sería el debate infinito, el debate que no se apoya en leyes, el debate que no busca una legislación ulterior ni una respuesta veloz a las preguntas que se formulan.
Es muy posible que haya preguntas que nunca podamos responder, también es posible que las respondamos y sigamos adelante (a otra cosa, mariposa) como cuando, tras muchas luchas, se acordó la abolición de la esclavitud.

Entretanto, enfrentadas las subjetividades de ambos bandos, solo se puede dialogar.

En tiempos agitados el diálogo desaparece y se da un encontronazo de fuerzas políticas, muchas de las leyes que tenemos hoy en la mesa han cristalizado tras hectolitros de sangre derramada.

...

He sido radical y no he roto ninguna farola. Tampoco he quemado ningún contenedor.
Mis vecinos no han llamado a la policía ni los bomberos están tratando de rescatar a nadie a quien yo haya secuestrado.
Ser radical no implica (solo) el ser violento, ser radical es procurar poco a poco irse sumergiendo en lo que sostiene el debate, pues en muchas ocasiones nos daremos cuenta de algo bien llamativo: lo que damos por hecho y por bien sabido es en realidad lo que peor conocemos.

Un saludo.

Francisco Riveira
En Zaragoza, 24 de octubre de 2012.

26 de julio de 2012

Galdós real

Galdós decía, con menos de 18 años, que la realidad era ya suficientemente poética y que la poesía era un artificio sobre otro artificio (esto último lo añado yo).
Cuando hacemos una caricatura sobre otra por narices lo que resulte tiene que ser espantoso.

Quizá por eso me gusta tanto leer al escritor canario: no se inventa nada, solo acude al lugar, pregunta a la gente y después lo plasma en un libro, salpicado muchas veces de una ficción que da frescura y velocidad a la lectura.

La única vez que me he sentido patriota (o lo que nos quieren hacer creer que ser patriota es) fue leyendo Trafalgar. Dentro de la piel del aventurero (Gabriel Araceli, protagonista de los libros de la primera serie de los Episodios Nacionales) logré teletransportarme al menos temporalmente a aquella época en la que unos cuantos españoles se las veían y se las deseaban para expedir el certificado de visitante non grato a los ingleses.

La unión se da ante el enemigo, sea en una guerra o en un partido de fútbol.
La unidad nacional es una ficción, pero como toda ficción, necesita ser legitimada por los órganos estatales (que son, o parecía que eran, los más poderosos).
Pensamos que todos los nacionalismos, dentro de lo irracional de su planteamiento, pugnan por sobresalir unos por encima de otros.
Por muy irracional que sea la batalla, no deja de ser batalla.

...

A continuación, un poco de realismo galdosiano al más puro estilo para que veamos que también los dorados escritores patrios tenían sus problemas con los usureros y con los mundanos aspectos materiales de la puesta en escena de sus obras teatrales. Don Benito no iba a ser menos:

"Madrid y mayo. 18. 1918.

Mi queridísimo Ayala:

Me ha sorprendido mucho que todavía "El Sol" no publique ni anuncie "Santa Juana de Castilla". 
Considere Vd que el martes próximo es la última función de esta obra con mi sacrificio. Estoy muy disgustado con Margarita Xirgu que procede con una irregularidad inconcebible.

Pienso hablarle con toda franqueza negándole mi concurso en su próxima campaña de Barcelona. 

En cuanto a "El Sol" procure Vd. activar la publicación del folletón.
Sabe cuánto le quiere y admira su constante amigo que le abraza.

Benito Pérez Galdós."

"Madrid y Mayo. 25. 1918.

Mi querido Ayala: 

La conducta de "El Sol" que no publica ni anuncia la "Santa Juana de Castilla" me ha puesto en una situación verdaderamente aflictiva. ¿Qué hacemos? Ni siquiera tengo ejemplar para imprimir la obra y darla a el público que ya me parece que es tiempo, pues el único ejemplar lo tiene "El Sol": Haga el favor de decirme hoy mismo lo que hay de este asunto, para yo tomar una resolución. 

Esperando su rápida respuesta se reitera de Vd constante y ferviente amigo que le abraza.

Benito Pérez Galdós".

Las dos últimas cartas están transcritas, Benito no podía puesto que la cegera se lo impedía.
La firma es lo único que da él y apenas es legible.

30 de abril de 2012

Crítica al título de la serie de libros "¡vaya timo!"

No tengo por qué dirigirme a un argumento de autoridad pero aquí os dejo un link que puede servir de entradilla para los que no sepáis mucho sobre este mundo escéptico y, en concreto, de estos libros a los que me estoy refiriendo: AQUÍ
A tener en cuenta que ese post citado es del año 2006 y supongo que ahora LA Gamez ha cambiado de opinión sobre la serie de libros en general.


...


Lo que me ha llevado a hacer esta crítica es haber visto más títulos de esa serie tanto por Twitter como por blogs que los citaban y siempre desde el mundo escéptico (que es como la endogamia real pero en forma de web, porque a los ya convencidos no hace mucha falta convencerles más), nunca desde los sectores afectados por la crítica. Los motivos de que la crítica pueda ser desde el propio escepticismo es que en ningún caso una persona desde los "colectivos" afectados/atacados/puestos en entredicho (como debe de ser, por otra parte) tendría ni los argumentos ni las ganas para rebatir todo lo que en esos libros aparece.


Por supuesto, son muy valiosos títulos tales como "La homeopatía, ¡vaya timo!", "Las abducciones, ¡vaya timo!" o "La sábana santa, ¡vaya timo!". Parecería que nos gusta y que, por supuesto que sí, nos da fuerzas para seguir adelante el hecho de encontrar nuevos adeptos al movimiento racional-escéptico y, ¿cómo no?, estudios que confirmen lo que en un principio podría tratarse de mera precaución ante un hecho inexplicable (al que, como todo el mundo sabe, personajillos como Iker Jimenez se aferran para llenar dos o tres horas de algún programa en tv).


Toda adopción del método científico y de un aparato lo suficientemente crítico a la hora de enfrentar una vida en sociedad creo que, no cabe duda, es muy positiva.


Dejado bien claro esto, a saber, que esta crítica está hecha desde dentro de lo criticado, voy a pasar al meollo de la cuestión:


-El psicoanálisis es criticado en un libro cuyo título sigue el formato anteriormente dispuesto.  Ya sabéis: "¡vaya timo!" 
Claro que aquí viene el problema, ¿cómo que vaya timo?. El psicoanálisis, como ya sabemos todos (y quien no lo sepa no le costará mucho descubrir el porqué), no obedece ni de lejos al desarrollo y estudio científico de una ciencia dura. 
Las ciencias duras son aquellas que no tienen que ver con el ser humano (o al menos que no tienen que ver con él en todo aquello no-físico), ciencias que estudian los elementos químicos, que estudian los números y los algoritmos, que estudian cómo funcionan y se mueven los cuerpos, las leyes que regulan tales movimientos... ciencias que estudian la vida biológica desde una perspectiva totalmente aséptica y, para mí la asepsis en ciencia es la ausencia del hombre como objeto de estudio. 
Por eso, ninguna ciencia que estudie al hombre y ninguna """"metaciencia"""" (como la filosofía o la lingüística) van a tener la misma cientificidad que esas duras. Lo que quiero destacar antes de abandonar este preámbulo es que, así y todo, las ciencias duras están basadas en un conocimiento pasado por la criba de lo instrumental, esto es, los aparatos y las técnicas o las mismas teorías en las que están apoyados van a dar grande diferencia a un estudio de otro subsiguiente... no es lo mismo hablar de estrellas con un telescopio en la mano que con nuestros propios ojos o que desde el Paranal de Antofagasta. 


Es decir, no todo conocimiento o estudio científico dentro de las ciencias duras va a gozar de una perfecta asepsia y, lejos de criticarlo para entorpecer el camino de la investigación científica, hay que procurar que la crítica tenga como objetivo el deshacernos de este hándicap.
Aquí puede que aparezcan los epistemólogos, porque los científicos deben de dedicarse (habida cuenta de su ultraespecialización tras un máster o doctorado) a su máquina específica o a su labor concreta dentro del laboratorio. La labor del epistemólogo será la de controlar que lo concerniente al descubrimiento científico en lato sensu siga los criterios objetivos de cientificidad exigidos a toda labor de este tipo en cualquier laboratorio del mundo contemporáneo.


Pero timar no es lo que hace el psicoanálisis, quizá el timador sea el psicoanalista o el psicólogo mismo que cobra por realizar una terapia cuya cientificidad puede estar muy en duda pero... ¿es eso un timo?. Aun a sabiendas de lo pseudocientífico de todo lo psicoanalítico podemos afirmar que la intención del psicoanalista (máxime si está, creo yo, dentro de la sanidad pública) no va a ser otra que la de curar al enfermo con sus propios métodos. Ahora bien, si vendemos el psicoanálisis como ciencia o como método infalible de cura de la psique sí que incurriremos en un timo a la misma altura que el dar gato por liebre con un producto homeopático.


Timar es "engañar a alguien con promesas o esperanzas" (a no ser que queramos cambiar el significado de esa palabra). Si un psicoanalista promete o da esperanzas al paciente antes de cualquier sesión estará incurriendo en una mala práxis pero, si ese mismo psicoanalista inicia las sesiones con las precauciones debidamente hechas y con un paciente conocedor de lo inestable  en algunos puntos del planteamiento psicoanalítico, tendrá perfecto derecho y responsabilidad de llevar a cabo la sesión.


Por ello, considero desafortunado denominar al psicoanálisis en GENERAL de timo, quizá no sea el término más apropiado y se haya decidido así para encajar en esta colección del pensamiento crítico-escéptico pero he visto necesario apuntar esto. 


...


Hay más casos que apuntaré a continuación.


...




-El creacionismo y la religión (vaya timo) respectivamente obedecen a la, en mi opinión, estúpida afición por parte de los escépticos-críticos de este círculo ya citado por meter las narices de la ciencia donde no se le ha llamado. 


En efecto, nada tiene que ver una religión con ciencia y, por supuesto (a día de hoy) que tampoco el creacionismo. Ambas cosas no tienen nada que ver. Si hablamos de perros y de repente comenzamos a hablar de coches tendremos que usar otra terminología: donde el perro ladra, el coche pita, donde el perro corre, el coche acelera... 


Las religiones (y hablo de todas en general) no están buscando una explicación científica del mundo en que estamos insertos y, como es obvio, el cuento del creacionismo es eso mismo: un cuento, un mito, una fábula que nos da razón del porqué de un acontecimiento de tanta importancia como el de la aparición del planeta tierra y del de los animales. En esa época no se podía explicar de otra manera y hasta mucho más tarde (como quien, dice, anteayer) no se ha podido dar razón convincente de esto. Stephen Hawking, personaje con el que no simpatizo mucho, dijo en algún lugar que "preguntar por lo que hubo antes del Big Bang es lo mismo que preguntar qué hay al norte del polo norte". No le falta razón, pero sí le falta terminar bien esa frase: son cosas diferentes... o, en un futuro, llegaremos a dar una explicación -temporal- de ese acontecimiento.


La religión, además de explicar con cuentos el origen de nuestra vida, se dedica a dar normas morales/éticas, incluso a legislar o a saber lo que está prohibido no por los hombres sino por la autoridad divina. No es, y está ya muy claro, necesaria la religión en ese aspecto. La ética laica y las normas de comportamiento sin tener en cuenta a un dios omnipresente y omnicognoscente están cada día más presentes en nuestra sociedad. Es gracioso que aún sigan existiendo obispos que salgan a la palestra de la televisión pública para aconsejar desde su moral y confesiones privadas a todo el resto de la población.

¿Pero las religiones o el creacionismo son un timo? Creo que no, creo que es también desafortunado calificarlas así. Hay que tener en cuenta que la teología a la vanguardia de hoy en día está ya muy lejos de poner palos a la ciencia más dura. Está claro que una cosa no tiene que ver con la otra y que hablar de dios y de su existencia es lo mismo que hablar de cuán delgado que era Don Quijote de la Mancha.



A esta crítica (muy desafortunada y totalmente desatinada) se puede poner como causa el disgusto de los laicos por intromisiones confesionales en sus ámbitos de conocimiento. Los obispos o curas (estos en menor medida), para actualizarse, han optado por la táctica más atrevida y estúpida de todas: dar a la religión pretensiones de cientificidad. Hablar de que en la Biblia ya había ciertos rasgos de evolucionismo es tirar piedras sobre su propio tejado, hablar de que en la Biblia aparecen prácticas médicas que hasta hace bien poco no se comenzaron a utilizar es, cuanto menos, una meada fuera de tiesto.


Está claro que ante estas no ya intromisiones en lo científico sino PRÉSTAMOS los verdaderos científicos comprometidos con su labor pueden sentirse algo fastidiados y molestos, lo cual no es razón suficiente para calificar a la religión (concepto tan amplio como vacuo y poco claro) de timo.


Se puede criticar la religión, sí. Pero no desde la ciencia, no desde lo empírico.
Se puede criticar actitudes de religiosos, sí, de la propia institución, sí, pero siempre teniendo en cuenta que la estructura (en este caso, la propia Biblia o el Corán) que sustenta eso es un instrumento de poder que, por suerte, hoy ya ha perdido casi toda su artillería y, por tanto, no supone un problema para la correcta actividad científica.



Por último, el nacionalismo. Tampoco tiene nada que ver con la ciencia dura y me parece un error designarlo como un timo. Sé que el escritor de ese libro (El nacionalismo ¡vaya timo!) es un filósofo y, por tanto (por suerte, quizá) la crítica que realiza será desde una posición culturalista o, quizá, histórica. No cabe una crítica al nacionalismo desde posiciones naturalistas o cientificistas. Hablamos de que una ideología pueda suponer un timo, pero, puestos en faena, cualquier ideología es un timo ya que ninguna está basada en nada que pueda ser comprobable y, está claro, toda la esperanza o promesas que puedan dar dependerán mucho del acontecer de la historia. ¿También el marxismo es un timo?, ¿el liberalismo es otro timo?. No creo, tampoco, que una ideología pueda ser calificada como engañosa o timadora. Precisamente por el hecho de ser ideología (conjunto de ideas de un colectivo o lo que sea) no cabe ser tildada de timo: cada cual las elige voluntariamente y a sabiendas de los errores y carencias que puedan tener, no es una información asimétrica. 


Lo mismo ocurriría al revés, calificar a la homeopatía como "producto epistemológicamente equivocado" es un desatino, la venta de productos homeopáticos sí que es un timo puesto que se está vendiendo algo que en realidad no va a dar ningún principio activo al paciente salvo placebo, lo mismo ocurre con la lectura de cartas: decir a alguien que se va a contactar con un difunto y cobrarle por ello es otro timo.


...


-Si las ciencias sociales (o humanas) son o no un timo es una pregunta mal formulada. Del mismo modo que la teología habla de un dios sin necesidad de pruebas empíricas, las ciencias humanas (sociología, economía...) hacen estudios a seres humanos o a sus actividades y estructuras. Por supuesto, en ellas la asepsis de la que ya he hablado es más difícil de conseguir: el individuo estudia a otros individuos y tanto ese individuo investigador como su homónimo investigado tienen formas de actuar diferentes que esa misma cantidad de personas en otro tiempo, en otra situación y en otro lugar. Por tanto, los estudios realizados por ciencias sociales en un momento de la historia van a diferir mucho de los realizados en otro. (Efecto Rosenthal, Efecto Hawthorne)


Hasta que podamos hablar de una ciencia o estudios sociales intactos para siempre de toda subjetividad y perfectamente válidos en cualquier momento y lugar tendremos que acudir a ellos con las debidas precauciones. Los investigadores sociales cada día son más conscientes de este problema que les acecha tras cada esquina.


Pero, ¿un timo las ciencias sociales?


Precisamente por esta capacidad de autocrítica: no.


Francisco Riveira.
En Zaragoza, 30 de abril de 2012.


PD: Libros citados

Edición posterior:

El filósofo Fernando Savater hizo en El País hace 6 días una crítica parecida a la mía que se puede leer en el siguiente enlace: LINK


13 de abril de 2012

Sobre el episodio número 30 del podcast

* Este post viene a cuento de el siguiente enlace: http://www.ivoox.com/nobody-is-perfect-podcast-030-audios-mp3_rf_1150360_1.html

El problema de los posts es que no suelen ser multimedia salvo que les metas alguna foto.  Yo, en el de hoy, he decidido adjuntaros el enlace al episodio número 30 de mi podcast "Nobody is perfect", un episodio de hora y pico en el que no hablo yo sino otra persona y, ya veis, no sobre filosofía sino sobre arquitectura.
Así que aprovechad que este post es multimedia porque no es algo muy habitual (ya que, y cada vez más, lo habitual es expresarse en esos exiguos 140 carácteres a lo sumo con un enlace que amplie la perspectiva).

...

Esto va a ser breve.
Cuando hablamos de arquitectura no hablamos de metafísica. Es más por suerte que por desgracia, ya que al insertarnos en una espiral de especulación y sobreinterpretación (muchas veces empujados por nuestra propia ideología que, como ya escribí hace unas cuantas semanas, es algo tan pegado a nosotros como nuestra sombra) tendemos a perder el norte de la discusión, tejer nuevos problemas que, lejos de explicar lo inconcluso de la afirmación primera, se escapan de ella y lo llevan todo a puerto conocido, cosa estúpida, arrogante y estéril.

Por eso me gusta tanto hablar de lo vivo y de lo que se te puede caer encima de la cabeza como no esté bien montado. Sea lo dañina que sea una ideología y pertúrbenos lo que nos perturbe, no nos va a hacer un daño físico y, en este mundo, aunque nadie se muera de hambre (al menos en este mundo "primero", en este país), no estamos lo suficientemente preparados y desligados de lo carnal y fisiológico como para desprendernos de ello e iniciar un viaje intelectual totalmente aséptico.

Vaya, que la ideología no desprende paredes ni es causa única de que alguien muera... no es el instrumento en sí, sino que se usan armas, se usan palas o se usan las propias manos.

Así que, como cuando hablamos del aborto y de sus implicaciones éticas, hablar de arquitectura y de que un edificio se nos pueda caer encima porque la estructura esté resintiéndose al estar esta hecha de hierro o de otro material del estilo es hablar de la REALIDAD.

Creo que es interesante estudiar (no sé si alguien lo ha hecho) las implicaciones éticas de que un edificio sea de tal o cual manera o esté así o asao construido. Es importante porque, no cabe duda, según hagamos un edificio, así viviremos... y, por supuesto, según vivamos o queramos vivir, así haremos los edificios.

Me pregunto aquí si la gente se da cuenta de la importancia que tiene el lugar que pisa y lo mucho que le puede llegar a determinar.

Nadie pinta las paredes de negro (salvo casos muy particulares), nadie quiere vivir en casas que no le permitan estirar los pies o no sufrir goteras o gritos del vecino. La privacidad, el color (a pesar de que la colorterapia me parezca un timo bien gracioso), los materiales, la calefacción... en general, todo lo que nos rodea en los momentos ociosos, ese continente que no ponemos en cuestión, esa jarra en la que nos echamos agua y ese color de sábanas que nos tapan cuando dormimos... todo ello es condicionante de nuestro carácter, modo de vivir y de pensar.

...

Con esta reflexión quiero dar "apéndice" al episodio número 30 que os recomiendo fervorosamente

Un saludo.
Fran Riveira

En Zaragoza, a 13 de abril de 2012.

7 de marzo de 2012

Qué es filosofía



Parece ir siempre por detrás de la ciencia recogiendo lo que a esta escapa o rechaza como inválido (y no merecedor de entrar en ese ejercicio de falsación y verificación, insoslayable en cualquier actividad científica).
Yo creo que no, yo creo que va siempre a la vanguardia de todo lo científico.

Entiendo que a algunas personas (bastante inteligentes, porque pensar en estos términos significa usar el aparato crítico y haber llegado a cierto nivel de abstracción) les pique mucho que, en las clases de filosofía en bachillerato, se hable de determinados filósofos como los antecesores de no sé qué tipo de descubrimiento científico. Por poner un ejemplo: la preocupación de Goethe por descubrir aquello que nos igualase a los animales (el conocido hueso intermaxilar, precedente de la teoría de la evolución darwiniana), el mecanicismo postcartesiano, los notables barruntos de filósofos clásicos como Aristóteles que dejaron escritas las bases de numerosas ciencias que hoy en día han llegado a nuevas cotas de abstracción (y de cuyo objeto de estudio se ha cambiado incontables veces, por no hablar de su racionalidad o intelección, diferente a la que era en un principio), etc.

El hecho de poseer un terreno no arado para la especulación sin ton ni son (¿esto es criticable o no?) dota a la filosofía de una frescura constante y un adelanto a todo lo que después la ciencia demuestra empíricamente.
El terreno de la ciencia sí que está arado. Probablemente a un filósofo que lleve toda su vida estudiando filosofía salir de ese campo pueda resultar asfixiante y quiera retornar a las llanuras especulativas y sin normativizar.

No sé si estoy a favor de la normativización aunque entiendo a Cartesio cuando hablaba en el Discurso del método de que ya estaba bien de volver a comenzar a hacer filosofía desde cero filósofo a filósofo, que ya estaba bonito, que era hora de sentar alguna base mínima que no pudiese ser discutida. Pues mira, querido Descartes, hasta en eso te equivocaste... como que no ha habido pocas "demostraciones" que han tirado por tierra la base tan segura sobre la que tú te montaste en un principio, sobre todo porque para llegar a esa conclusión tuviste que efectuar con no pocos retrocesos e ideas bizantinas (en mi opinión, que no debería de importar mucho). Hoy Descartes sigue presente y sigue haciendo daño (en medicina, por ejemplo).

La filosofía va incluso delante de sí misma. Si esta enciende una luz en el portal número 1 de una calle va a tener por seguro que al mismo momento se ha especulado con que esa luz no exista, que esa luz es reflejo de otra o que esa luz, en realidad, se encuentra en lo más alto de la mentada calle.

Porque la filosofía, creo, no es una sino que son muchas, y esto permite a la filosofía una disparidad y un ejercicio sui generis que no ocurre con más disciplinas (incluso dentro de las "ciencias" humanas, que de científicas tienen bien poco, más bien serían "ideologías humanas").

Es una rara avis, consigue poner de los nervios a científicos, a teólogos y a personas que van caminando por la calle sin mayor preocupación.
La misma sorpresa que siente alguien cuando, justo al iniciar los créditos finales de una película que acaba de ver en el cine, se ve preguntado que por qué le ha gustado la película. No se le está preguntando si sí o si no, sino el porqué. Verse en la situación de encadenar un pequeño discurso que argumente el porqué de que a alguien le ha gustado una película justo después de terminar de verla es, además de una crueldad, pedir demasiado.

Pedir demasiado es pedir una preocupación conscientemente filosófica a las personas. No es eso lo que hay que pedir, hay que demostrar con cada actividad que aparezca o con cada problema social relativo a la ética o a la antropología filosófica que esta (la filosofía) tiene un papel importante en esas acaloradas discusiones que, como ideológicas que son, no tienen los puntos nodales en común.

Me basta con tener la convicción de que tanto la filosofía como las ciencias tienen en común el desarrollo de unos argumentos racionales.

Doy por hecho que la filosofía es eso, aunque se me puede rebatir y de hecho mañana mismo podré estar rebatiéndome a mí mismo (o viendo carencias en este escrito, que hago por una necesidad puntual).
También doy por hecho que absolutamente todo discurso, en tanto que se encuentra dentro de unas estructuras lingüísticas producto de un contexto sociocultural, tiene manchas de ideología.

Esto a mí me causa inquietud.


En Zaragoza, a 7 de marzo de 2012.

24 de febrero de 2012

El eBook y los románticos



"En el universo paralelo de Fringe sólo gente con problemas mentales usa bolígrafos."



Puede que llegue un poco tarde a comentar este asunto pero creo que es muy interesante. Voy a dedicar el próximo episodio de mi podcast a ello pero haré antes por aquí una pequeña aproximación.

Por mucho que ponga la mejor de mis intenciones en comprender a estas personas que se niegan a ver las ventajas de los libros electrónicos (eBooks) soy incapaz. Y soy incapaz porque creo que antes de todo prejuicio uno debería pensar en el futuro de las cosas. La materia y los aparatos evolucionan, también las maneras de vivir, de sentir y de pensar.
¿Por qué no lo iba a hacer un objeto tan manido -nunca mejor dicho- como el libro?

El libro no ha evolucionado apenas desde las primeras encuadernaciones pero lo que a mí me interesa es la definición de lo que es un libro.

¿Pensamos que un libro es un soporte o pensamos que es algo más? Porque no me diréis que la chorrada de ponerle una "e" (o una "i", como en Apple) a todo no es sintomática de lo muy necesitados que estamos de creativos competentes.

¿Qué cambia entre el book y el eBook?.

Nada. Que no os engañe esa "e", la han puesto ahí para vender mejor y para sumarse a la ola de la tontería universal.

Repito, ¿un soporte o algo más?. Si leemos las definiciones que nos da la Wikipedia no tenemos siquiera que salir de la introducción para ver una objeción a lo anteriormente descrito: que el libro típico, el encuadernado, el que tiene páginas unidas por distintos medios, el libro que debe de superar las 50 páginas (la mitad de hojas)... se ve ahora puesto en duda por un cambio de concepto.

Cuando llega la revolución muchas personas retoman ideas sobre destrucción, sobre que el tiempo pasado fue mejor y que el futuro va a hacer todo más simple, cutre y poco inteligente. No hay que ser tan agoreros porque, ya veréis, la historia les quitará la razón en menos de lo que canta un gallo.
La revolución del libro (y perdóneseme el proyectar hasta aquí mis ideas con tan poca estructuración) ha llegado y ha llegado a SU SOPORTE. El soporte ahora se sigue pudiendo tocar aunque es muy diferente. Ahora no son 100 o 150 hojas, sino una pantalla y botones (o pantalla táctil, como el Kindle más caro).

Es así de sencillo: el libro no ha cambiado (al menos si pensamos que un libro no es sólo el soporte en que se nos presenta), sólo ha cambiado su forma de llegar a nosotros.

...

Ayer compré unos 8 libros, lo suelo hacer cada comienzo de cuatrimestre. Sé que manejaré esos libros y que les daré un uso acorde a su interés relativo a las asignaturas que comience a cursar. Me alegró enormemente tener la oportunidad de elegirlos, meterlos en bolsas y llevarlos encima... cuando llegué al libro octavo ya no me alegró tanto el tener que cargar con todos ellos en la diestra (porque, fíjate tú por dónde, en la izquierda llevaba la funda de mi portátil, que pesaba 5 veces menos que ocho libros... y no voy a hacer la analogía entre los libros que hay en mi portátil y los ocho que llevaba físicamente... ¡vaya!, ya la he hecho).
No es eso lo importante, lo relevante fue que, cuando llegué a casa, los saqué de las bolsas, abrí por en medio cada uno de ellos y metí la nariz: no olían a nada.
Me habían timado, pensé, estos libros no huelen a nada, ¿dónde queda lo romántico de los libros de papel si NO HUELEN A LIBRO NUEVO?.
Entonces me imaginé que los únicos libros que olían eran los de texto de ESO o Bachillerato, libros normalmente envueltos herméticamente por un plástico. Los libros no huelen por sí mismos, sino por el plástico que les envuelve. Los libros viejos no huelen por sí mismos, sino por la estructura que los ordena y recoge en las bibliotecas o en las librerías antiguas, madera podrida, envejecida...

El timo de los libros que huelen... ¡y hace unos meses contemplé con asombro un spray -seguro que lo vendían los chinos, que aunque pongan en venta gilipolleces no son ellos los gilipollas, sino los que se las compramos- que imitaba el olor a libro nuevo!

Así no se puede sostener una crítica al eBook. No por su olor.

¿Y qué objeciones ponen -entre muchas otras, claro- estos romanticones a los libros electrónicos?

-Que no se puede pasar página, que ese acto tan bonito de pasar la hoja de un lado a otro se pierde por un botón.
-Que las pantallas les hacen daño en los ojos porque son muy brillantes o simplemente, vibran un poquito.
-Que es conocimiento perdido, porque si el libro no está en las librerías no estará en ningún lado, que la "nube" no existe... ¡oh, bibliotecas vacías!
-A los escritores o editores (ojo, algunos), que les quita trabajo y que hacen de su industria un negocio cada vez más declinante y arriesgado.
-Que toda su vida han leído así y que durante el resto de su vida seguirán con ese método.

...

Esas son unas cuantas, voy a tratar de demostrar que la mitad de todo lo que exponen son falacias o argumentos que implican el sentimiento (lo que llamamos, de toda la vida, demagogia).

-Que no se pueda pasar página también pasaba con los primeros "libros". Nadie podía pasar página con bloques de piedra entre sus manos... (pasar la piedra, en todo caso... ¡qué cosa más romántica!, ¿no?). El botón es un avance. Cuando me viene alguien diciendo (por suerte, bromeando) que los botones están haciendo, cada vez más, a los ciudadanos olvidarse de cómo funcionan verdaderamente las cosas... deseo que esa persona tenga que aprender a conducir remolques con caballos o a poner bien verticales las velas para leer por las noches, por no hablar de recoger la leña del bosque para comer caliente, etc.

-Hace 10 o 15 años las pantallas eran bastante peores que las de ahora. Tenían una vibración constante y el ojo terminaba por cansarse (aunque la vibración no fuese consciente), por eso en muchas oficinas decidían colocar un aparato sobre los monitores que, al menos en lo que a mi opinión respecta, era tan feo como las gafas enormes de culo de vaso que se vendían hace 50 años. Ahora la vibración es mínima o inexistente y el brillo es ajustable. Además, los eBooks actuales tienen pantallas que imitan el papel, con un fondo parecido y las letras muy nítidas: imitan al papel e incluso lo superan. Ya no me vale la excusa de la pantalla.

-Formatos como .DOC, PDF o MP3 siguen dando guerra año tras año y no se han perdido desde entonces. Son tan populares que el día en que deje de interesar seguir con ellos darán al usuario tres mil maneras diferentes de cambiar de formato (herramientas que, por cierto, ya existen). Me refiero a esos formatos porque ninguno de ellos es un formato físico. El libro puede presentarse en formato PDF, .DOC o papel, ¿la diferencia es dónde se encuentra?, no: es cómo se nos aparece. La nube, hasta donde yo tengo entendido, nos ayuda a archivar nuestros datos de forma que, si alguno de nuestros dispositivos físicos falla, podamos recuperarlo; además de las muchas otras aplicaciones que tiene dicho "invento": sincronización total entre plataformas, rapidez de traspaso de archivos... Creo que al pendrive le queda muy poco tiempo de vida. Y también interesa que la nube siga funcionando. Llevamos creando una "nube" desde hace veinte o treinta años y nadie se da cuenta: sus datos bancarios y su dinero está en la nube (¿¿¿MI DINERO EN LA NUBE???), sus datos fiscales, personales, laborales, etcétera... hayámoslo nosotros o no subido a Internet... ahí están. Las reticencias al pago con tarjetas de crédito fueron habituales en este país a comienzos de la década de los 70 y parece que el miedo ha desaparecido... pero el dinero no lo tocamos nunca y, aun así, sigue valiendo lo mismo. Ya nadie lo guarda bajo su colchón.

-Los editores y escritores tienen que cambiar su concepto de mercado, acostumbrarse a la evolución de los sistemas y de los formatos, porque si ellos no se acomodan al público, el público va a crear constantemente nuevos medios para saltarse sus restricciones y sus incómodas pegas. Si llega a nuestra ciudad una ola gigantesca producto de un tsunami, podremos montarnos en una tabla de surf y hacer piruetas a la vanguardia de la tecnología y del gremio o quedarnos quietos y que nos engulla.

¿Por dinero?, si eliminamos los gastos que cada obra produce en su fabricación y distribución los libros van a tener que costar muchísimo menos. Quizá el gremio del transporte quede afectado, o las empresas de impresiones. El primero podrá recuperarse, para el segundo no tengo buenos augurios: la tendencia se dirige a la digitalización.

-El hecho de que toda tu vida hayas leído así es muy respetable, pero no puedes debatir cabalmente con nadie apelando a la tristeza que te produce el dejar de tener que tocar trozos de papel encuadernados.
Me imagino a los egipcios apenados por tener que dejar de usar el papiro en pos de nuevos formatos mucho más baratos y cómodos... en fin, yo creo que el patetismo debería de estar fuera de estas discusiones.


...

Creo que la mayor satisfacción que puede sentir un autor es la de ser leído, más allá del rédito económico que eso le dé. Si escribimos va a ser porque lo necesitamos. Salvo en casos muy puntuales nadie escribe presionado por tener que comer al día siguiente. Si escribimos es porque esa parte básica de la pirámide de Maslow ya la tenemos satisfecha (y es por esto por lo que antes sólo escribían los ricos). Las nuevas generaciones de escritores van a tener que pensar en ganarse la vida de otras formas o, en caso de querer vender sus obras, hacerlo a un precio razonable. Las viejas fórmulas siguen campando a sus anchas porque la gente es reticente al progreso técnico (y me parece muy bien que haya reticencias, siempre y cuando estas se fundamenten sobre bases sólidas y no sobre barruntos).

...

Sobre el libro electrónico hablaré en el próximo episodio de mi podcast "Nobody is perfect", espero que os parezca interesante y os ayude a reflexionar de algún modo sobre estas cuestiones.

Francisco J. Riveira

En Logroño, a 24 de febrero de 2012.


25 de enero de 2012

Horizontalidad asamblearia

No basta con autodenominarse "x" para por arte de magia transformarse en ello.
Lo cierto es que, por muy buenas intenciones que se tengan y aun habiendo dado todos los pasos necesarios para alcanzar ese objetivo nos vamos a dar de bruces siempre con la realidad: del dicho al hecho hay un largo...

Algo que me disgusta sobremanera es la voluntad de horizontalidad en las asambleas que desde el 15-M estamos viendo surgir (algunos más de cerca que otros). La intención, dicen algunos, es que cada ciudadano pueda expresarse en público y así conformar una suerte de ideario que sea afín a todo el mundo y desde el cual se pueda plantear un proyecto ulterior más granado y fuerte.
Me disgusta no ya por la intención, una intención noble, democrática y, claro está, muy sana... no por eso, sino por la imposibilidad y la casi seguridad de caer en la frase que alguien dijo:

"En una asamblea con mayor número de tontos, se alcanzarán conclusiones más tontas aún".
Dicen que la totalidad es mayor que la suma de las partes, en ese caso está claro que lo es.
También añado yo que la forma de evitar esa tontería quintaesenciada es la educación, pero esto ya es otro tema y no seguiré yo viviendo en este país cuando se arregle (ni en ningún otro, ni los que me están leyendo, vistas cómo funcionan las cosas).

Pero pongamos que son todos igual de listos, todos con la misma capacidad intelectual, inteligencia social, emocional... etc.... todos tienen un nivel igual de estudios y suelen leer libros donde complementar sus visiones y aprender de ejemplos históricos.

Pues bien, incluso en una asamblea como esta (y creo que con más facilidad) la horizontalidad se perderá: "En una asamblea con mayor número de inteligentes, habrá quien tome la voz cantante y rompa el ritmo: lo disminuya o -situación óptima- lo acelere".

Puede que el resto acuse esa aceleración y es ahí cuando muchas personas dejan la asamblea, puede que el resto visualice que los que toman la voz cantante están desarrollando un discurso simplista y repetitivo y pasen de volver a la asamblea tan horizontal.

Por descontado está que aquí ya no tendríamos una asamblea... la cabeza visible de la misma serían estos autoproclamados líderes y desde el exterior lo único significativo serían ellos mismos.

...

No es moco de pavo. Las organizaciones necesitan portavoces, necesitan que alguien escriba el ideario... ¿cuántos años costaría, a través de constantes asambleas semanales, elaborar un panfleto que recogiese las inquietudes de absolutamente todos los pertenecientes a la asamblea?.

La aquiescencia del resto de la asamblea impide una rebelión descodificada hacia el "líder", este no ha dicho explícitamente que lo es, pero todo el mundo lo sabe... a él se dirigen, a él obedecen, ¿cómo demonios van a rebelarse en contra suya?.

No existe portavoz en el mundo que no aporte gran parte de su subjetividad en el discurso hablado o escrito.

Y esto es un problema para las asambleas.

En Logroño, a 25 de enero de 2012.

Apuntes extensos para una presentación de Filosofía de 2º de Bachillerato

Como prolegómenos, tan necesarios en la labor de "divulgación" filosófica a los chavales de 1º/2º de bachillerato. Creo que no es más que eso, divulgación filosófica. Se debe hacer siempre desde una perspectiva cercana y realista.

Con cercano me refiero a hacerlo en tono divulgativo, con la menor simplificación posible.
Con realista: a la conciencia de que el público al que uno se enfrenta tiene intereses que circulan por otros lares... como mínimo habrá que acercarse a sus intereses, dar la caña más que el pescado y esperar que el alumno por su parte se vea interesado o conmovido por parte de la explicación.

Adelante.

PS: Está transcrito de mi propia voz, muy velozmente además, por ello lamento mucho desde ya si encontráis alguna falta sintáctica u ortográfica aunque he tratado de corregirlo lo mejor posible.

...


Vosotros me ganáis en cerebro y en capacidad cerebral, estáis chateando, viendo fútbol y estudiando filosofía. Habéis adquirido estas destrezas, si yo me pongo a combatir con vosotros me ganáis siempre, pero a la hora de procesar conocimientos yo os gano, pero no porque mi cerebro esté mejor que el vuestro.
La humanidad está preparada por la evolución para ser fertil hasta los 50...
Como he adquirido técnica, sobrevivo, puedo venir, dar clase, sin mirar apuntes, con fluidez, pero eso es técnica, yo tengo un disco duro aquí que funciona, ¿no? Y para que esté el disco duro aquí he tenido que procesar la información.
NO la tendréis tan perfecta en filosofía porque se os piden muchas cosas, yo no seré tan cruel de poneros cuestiones de especialista.

No os pediré esas cosas ( como Esencia-existencia) pero sí una técnica adecuada para sortear comentarios de texto y tener unos conocimientos básicos de filosofía correctos y que no confundas,- con eso habrás ganado mucho-, y además que sepas mezclar épocas con autores. 
Si a partir de ahí alguien se quiere dedicar a la filosofía me consulta y le dejo toda una alfombra de desarrollo filosófico, ¿eh?, pero como no creo que esté en vuestros afanes el desarrollo filosófico y tal pues basta con que aprendáis estos autores correctamente, tengáis una visión panórámica general y ya está.

Estos autores son universales.
Aquí, en Rumanía, en Georgia, en Italia... todos somos cultura occidental. La madre nutritiva de toda esta sabiduría de occidente está en la antigua Grecia.
Los canadienses también, los indígenas americanos no, la China no... pero todos los aquí presentes no debierais tener ningún problema para asimilar los esquemas de pensamiento de estos autores.
Aunque no lo hayas reflexionado nos parecemos mucho en la manera de pensar, cuando alguien viene y no es de la cultura occidental... cuando viene un indígena, bien acostumbrado a sobrevivir en la selva, lo dejas por aquí por Zaragoza y enseguida ves que es un inadaptado social, ve el ambiente, la vorágine de coches, el saturday night, el botellón... sin embargo para vosotros no tiene ningún problema, proque formáis parte de un hábitat, una cultura, vosotros no pensáis como un chino y viceversa. Eso se llama mecanismos de “enculturación”:
Cuando aquí viene alguien de afuera... cuando vas de un sitio a otro te cuesta, pero a vosotros ( los rumanos, por ejemplo) os ha tenido que costar relativamente poco.
Sería diferente si todos nosotros hubiesemos ido al Polo Norte con los inuí, nos iba a costar mucho más todo, idioma, modo de vida, costumbres, ¿entendéis?
Entender estos autores significa comprender por qué piensas como piensas en occidente.

Se seleccionan unos autores muy variados.
Aristóteles: El filósofo del sentido común. ¿El más común de los sentidos?... pero a veces no se cita. Y es que cuando expliquemos a Aristóteles vas a decir: esto es como pensaba yo desde niño. Que el mundo es como te entra por los ojos, esto es natural. ¿Cómo se te va a ocurrir pensar que esto es un sueño? 
Solo a un pirao como al Fran y a algún amigo más como Cartesio se le pueden ocurrir esas cosas, que esto es un sueño, hombre no, con lo que te ha costado venir de casa aquí, estás despierto, esto es real, algunas mañanas por desgracia.
Pero ha habido filósofos que han dicho...¿y si esto fuera un sueño? Tú dices que no. Ellos dicen: dame las razones del no.

Aristóteles dice que no: "Esto es tan real como la vida misma", es Aristóteles puro, y eso tú lo has dicho alguna vez. Nada hay en el entendimiento que no pase por los sentidos, ¿por qué sabes que es verdad? Porque lo he visto. 

Argumento culminante.

Claro, después te llegan los estudios de psicología moderna, ilusiones de la percepción...
Todo esto es tan real como la vida misma también, pero tenemos la ilusión de que podemos vivir al margen de eso, nos confundimos más de lo que creemos, ¿quién no se ha confundido en temas de amor? Cualquiera, y eso está a la orden del día. Cuando te sucede, porque Cupido te ha tocado el corazón, tú crees que controlas la situación. ¿Por qué te has enamorado de este si es un jeta? 

Porqué te has enamorado de esta si es una..., ¿eh? Y tú, ¡qué va qué va, jodó! Es que no has descubierto el encanto de esta persona, si la vieses con los ojos del corazón no pensarías lo mismo. Y resulta que todos tus amigos están de acuerdo pero porque no ven la vida como tú. El asunto es que un día espabilas y dices: "El caso es que llevaban la razón."
Eso pasa, ¿no? Y eso además es obcecación, una desviación perceptiva. Pero tú verías las cosas mejor que nadie, más cercano que nadie, ¿no?
Hasta en las cosas del corazón, sobre todo en esas cosas... ¡cómo nos equivocamos!

Pero ha habido un intento de superar estas cosas, a lo largo del pensamiento: dejemos lo irracional y conformemos el mundo con una parcela inequívoca, lo racional, en esta parcela hay un objetivo: la verdad.

Vamos a descubrir la verdad de lo que sea, un mal amor dura poco tiempo, pero esta ilusión de la verdad ha durado 26 siglos de 27, y esa ha sido la historia de la filosofía, y al final para concluir: tampoco es posible este conocimiento. Se efectúa pero tiene un carácter estotástico: cambia con el tiempo.
No hay ningún conocimiento cierto sobre el mundo, depende mucho de las circunstancias, esto es así incluso en la física contemporánea.

La física, ¿os han hablado ya de la mecánica cuántica? Hay dos nombres que os explicaré un poquito, hubo un autor llamado:

Werner Heisenberg:

Padre de la mecánica cuántica. Cuando se controla una partícula subatómica, más pequeña que el átomo, si controlas su velocidad, no controlas su masa, y viceversa. Eso se llama la incertidumbre. Este principio dio lugar a la mecánica cuántica fue después aseverado por un autor todavía vivo, un genio: Murray-Gell Mann, El quartz y el jaguar.Es el padre de esta noción: quartz.
El quartz son 10-40 de masa, cuando no hay masa ya. Serían lo último a lo que hemos llegado.
Habla 13 idiomas, especialista en historia, antropología, literatura. Algunos dicen que es tan bueno en física porque es un genio en todo, pero no porque tenga cualidades físicas. ¿No lo habíais oído nunca, verdad? A la Belén Esteban sí. Da pena, ¿no?
Este es un genio de la humanidad y convendría que le leyerais algo.

¿Qué podrían tener en común el quartz y el jaguar? Lo más simple con de lo más complejo.
Es un libro para leer como preámbulo a la Universidad. ¿Pero quién se va a preocupar de esto? Esto es una marcianada. Algunos colgados sí nos preocupamos, al parecer...pero, a lo que voy, lo que parecía que era firme, por ejemplo, fuerza igual a masa por aceleración, la Ley de Newton. 
Para explicar esto ha habido rozamiento pero sigue pesando lo mismo. La física nos parecía que era así, pero desde el siglo 20, ya sabemos a través de estos autores que la física es incertidumbre.

Aquello de la verdad... Heráclito, Parménides... físicos que querían encontrar el arjé del mundo... resulta que ahora eso es incertidumbre. El conocimiento afectivo irracional se desplazó buscando el conocimiento racional, pero este se nos ha escapado. ¿Dónde está la verdad? Hablar en clave de verdad es indebido, pero hasta que se ha llegado a esta conclusión, ha costado mucho. Ha habido muchos grupos de prestigio y de poder, tribunales como la Inquisición, donde existía la verdad: el dogmatismo.
Dice mi cantante favorito: including me... incluidme a mí cuando os digo que no hay verdades, yo sólo os presento el abanico de lo que se ha dicho... no vayáis a creer que Platón se creía tampoco todas las tonterías sobre las cavernas y los mundos de yupi que veremos, se valía de eso para explicarse, aunque él sí creía que había una verdad suprema... veremos en otra ocasión eso.

Pero hay personas que dicen, existe la verdad, y se puede imponer, y si tiene un componente moral dicen: es conveniente que se imponga la verdad sobre el error porque le haces un favor.
A un reo le condenaba la inquisición a morir porque como estaba en gracia de dios iba a ir al cielo... o sea, encima de que te matamos me tienes que dar las gracias. Veis vosotros qué bonito.

El pensamiento, -libre-, que prosperó a partir del 18 con la Aufklärung (forma pedante de decir Ilustración o Siglo de las luces) tuvo que hacer frente al dogmatismo, y la evolución de las ideas ha ido pareja a la evolución social, hoy día somos sociedades tolerantes, democráticas, y eso significa que puede admitirse pluralidad. 
Como no hay una verdad nos ponemos de acuerdo para gobernar, eso es la verdad por consenso, un relativismo, sin dogmas, según los habitantes.
¿Qué es lo mejor o peor? No no, lo que en este momento está dispuesto.
Todo es progresivo, la alternativa es el dogma, lo inamovible, siempre igual.
Os estoy diciendo que según piensas después hay un modelo de vida, algunos filósofos han dicho: no no, es que piensas según vives, tú te haces la ilusión de que tienes unas ideas y las llevas a la práctica, vas a una fábrica y dices, el ingeniero diseña, el obrero ejecuta.

Del papel a la máquina y sale el producto artificial: primero la idea, luego la cosa.
Algunos dirán, qué va qué va, ¿por qué sale esa cosa y no otra diferente?
Algunos te dirán que estamos condicionados a pensar de determinada manera, conductismo (Marx).

Esto lo hablé con alguien el otro día, y por cierto, él estaba en desacuerdo.

Mirad esto... hay uno en Etiopía, condenado a morir por la Malaria, tifus... a los 18 años. ¿Eh? Porque le toca estadísticamente nomás. El 60 por ciento tienen que morir de eso antes de los 21. Qué bonito.

Sin embargo los que nacen aquí... cualquiera, de los que estamos aquí en clase, excepto uno o dos, estadísticamente toca que vivamos hasta los 80 o más.
En Etiopía no, toca lo contrario, infecciones, lluvia, leche... etcétera. pozos salitrosos, bichos... etc etc... no veais.

Entonces el de Etiopía dice (aunque no se les da la opción de poderlo expresar, porque ocurre también que beben agua envenenada, pero no pueden escribir a la FACUA para quejarse), tú le preguntarías, ¿eso está bien, no? 

Joder. Qué bucólico, las jirafas, los atardeceres, la playa... un hotel 5 estrellas, tal. El del tifus te dice: no me parece bien un hotel 5 estrellas, ahí vienen los de 70 años del desarrollado, mientras hace frío en su país ellos vienen aquí al solito, y yo siempre aquí al sol y a morir... 

Si fueras tú, como eres, el de los 60 años, dices: pues bueno, se siente, eso es así, tío. 
No no, ¡eso no es así! Hay que hacer lo posible porque esto cambio.

Tú dirías, ¡ese es un bárbaro! Y él diría, no no, ¡yo estoy buscando mi salvación!
Entonces en su caso se justificaría la revolución, en tu esquema dirías: estás atentando contra mi propiedad privada, o contra mi persona.
Ah, ¡qué gracia, para que yo te conserve inmaculado, yo me tengo que morir!

Como cuesta mucho enviarnos las medicinas, no nos las mandáis. Como hay muchas vacas en Suiza, tirais litros de leche, mejor ni las mandáis.

Esto es el primer mundo, sobra y hay ríos de leche, en el tercer mundo no hay mas que contaminación.
-¡Esto está mal! 

-Está estupendo, esto es así, ¿qué quieres que le haga?

Pero tú piensas así porque vives aquí, el otro piensa así porque vive allí.


Uno piensa según vive, dicen unos... no es que tengas un pensamiento y luego lo llevas a la práctica.
Esto es muy variado, por eso se estudia a Marx, dice que: las condiciones materiales de vida determinan el modo de pensamiento.
Uno piensa según vive, no vive según piensa.

Si tú dices hasta hoy, que vives según piensas: "porque yo soy coherente", dices. se nos llena la boca con estos vocablos grandiosos. eso no es decir nada, eso se llama una retroalimentación, una continua justificación. Otros te dirían: cambiemos las condiciones de vida y pensaremos de modo distinto.

Aquel sueño de descubrir la verdad de los filósofos se ha difuminado, tanto en la física de objetos como en el mundo del pensamiento.
¿Y qué queda de todo esto? Algunos autores han hablado de la deconstrucción.

Hay toda una corriente francesa de los últimos 20 años, nosotros tenemos una ilusión de que vamos haciendo un edificio de las ideas. Te acuerdas de algunas escenas infantiles, cada día te acuerdas de menos, la infancia va quedando más difusa, pero tú dices: conforme vas aprendiendo, hasta de los errores se aprende, y todo va haciendo como los ladrillos de la vida y vas haciendo tu edificio, y buscas siempre la clave de bóveda.

Algunos le han llamado a esto metafóricamente, la piedra filosofal, pensaron algunos alquimistas que esto era posible transmutando metal. Aun todavía hay residuos místico-mágicos de aquellos en programas de televisión, libros... etcétera...

Todo el mundo busca asentar su edificio.
Como para que ahora venga a nadie a deconstruir, a quitarte la clave y que se desmorona todo... 
La filosofía fue haciendo todo un edificio que hoy en día se derrumba.
Pero eso precisamente es el gran hallazgo de la ciencia y del pensamiento: que no hay seguridad en nada. pero no estamos acostumbrados a ellos porque hemos sido educados en la seguridad, mamá, papá, la paga, la comida. Pero de inseguridad está la humanidad llena. 
Incluso dentro de la ciencia aparecen seguridades... van en contra del propio bien-actuar científico, cuidado con eso.

En los últimos 50 años se ha vivido más gracias a la medicina y la alimentación: por eso podemos vivir más. Pero nuestro organismo evolutivamente no está preparado a vivir a estas edades con salud y bien, ahora se vive con demencias, Alzheimer...
Estamos muy bien preparados hasta los 50 años, más allá empiezan los achaques, de todo tipo.
y bueno, un gran futuro si queréis estudiar algo... es la geriatría: Los médicos especialistas en ancianos. 

Cada vez vivimos más, ¿eh?
¿Esto qué significa? Pues que buscamos en toda nuestra vida seguridad, pero ahora vienen los filósofos a destruir todo. Esto es así, aunque a ti se te quede la sensación de que este curso hemos dado un barrido a un montón de cosas para no concluir en nada. Eso es ÓPTIMO. El problema es haber tú dado tantas vueltas en la vida para construir un edificio donde no puedes habitar porque es falso.


Cuando yo he explicado que el objetivo es quedarse en nada. 

El último autor, Nietzsche, que estudiaremos, tiene una noción llamada el “nihilismo”. Viene del latin “nihil”, nada. Es el último autor que estudiamos: tiene una cosmovisión especial.

Dice que hay que vaciar todo lo que tienes para construir lo llamado “übermensch”, el nihilismo es una actitud positiva, porque casi todo lo adquirido en nuestra vida ha sido con un sostén, sin aparato crítico, ahora lo tenéis que tener, de una manera no dogmática, sino relativa, sabiendo respetar otras posiciones. No es lo mismo hablar con Murray Gell-man que hablar con el tocino mental de allí abajo: es un anónimo que no conozco, no es lo mismo porque en Murray Gell-man si hablas en clave relativisma te pondrás de acuerdo, con el de allí abajo vais a decir: ¡los negros son inferiores a los blancos! O así o a cualquier cosa. Es un ejemplo crudo, pero peores cosas se oyen.

Entonces tú... eres una mujer respetuosa porque te han enseñado a respetar todas las opiniones, pero te enfrentas con el dogma, si el dogma fuese mayoritario, no podrías pensar así y tendrías que ir a la hoguera, fanatismos..
Según piensa una población después está un modus vivendi, así que toda la filosofía puede llegar a hacerte feliz aunque aparentemente te quita todo.

Bueno, eso de respetar todas las opiniones... veis que no se sostiene en según qué casos... aquí tampoco se sostiene. Muchas opiniones se hacen pasar por filosofía y son sólo pequeños apuntes a pie de página como ejemplos de lo dicho. No hay que respetar todas las opiniones, aunque eso parezca ser la democracia, no lo es... y quizá la democracia no sea positiva por eso mismo. Olvidad ahora lo aprendido en cuarto y en primero, y olvidad otras concepciones porque se va a deconstruir, esto es la filosofía ahora, aunque Hawkings diga que se ha muerto: antes se morirá él.

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En Tudela de Navarra, a 24 de enero del 2012.