El médico habla a Frank Gallagher como si estar a punto de morir de cirrosis fuese algo que ocurre cada día. Bromea sobre su estado con una sonrisa sin forzar en la cara. Frank le observa tranquilo, consciente, mientras sigue sus bromas. Es algo habitual para él que se tome su estado de manera no trágica. Se trata de un acontecimiento atmosférico frecuente. Hay que describirlo con exactitud, pulcramente, usando terminología médica, no manchando ni estropeando el momento amable con detalles innecesarios. El diagnóstico anti-gore.
El hospital entero es blanco, como todos los hospitales. La cara de Frank también es blanca, como la de todos los morituri.
El médico, de pronto, cambia de gesto. Ha terminado de explicarle sus problemas y le pregunta:
- Sabes que te estás muriendo, ¿verdad?
- Todos estamos muriendo, doctor.
- ¿Pronto?
Pronto.
En Zaragoza, 20 de febrero de 2014.
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