Robotín de Google
14 de marzo de 2014
Los aviones no me dejan dormir
No en sentido literal. Más por desgracia que por suerte esta ciudad tiene muy poco tráfico aéreo. Los aviones y el mundo de la aviación en general no me dejan dormir desde hace unos dos meses cuando, por casualidad, estaba buscando un vídeo de una entrevista a Rajoy y apareció en los resultados un señor mejicano de McAllen (Texas) hablando desde su Cessna sobre en qué consistía el proceso de convertirse en piloto.
Desde entonces he recuperado esta afición que creía haber perdido desde pequeño. Siempre me han gustado los aviones pero esto se fue a otra dimensión cuando me aficioné a los simuladores de vuelo con 12-13 años. Podía tirarme horas dentro de un avión virtual yendo de aquí para allá sin mucha idea de lo que estaba haciendo, con mi teclado, con unas nociones muy básicas de ATC, ILS y funcionamiento y físicas de las aeronaves... pero oye, era capaz de aterrizar los aviones.
Luego el tener miopía y el no tener dinero terminaron por destrozar todo lo que había de esa primitiva vocación e ilusión. Imagino que a todos los niños les toca desilusionarse y comenzar a preocuparse por cosas que de verdad pueden alcanzar como, por ejemplo, sacarse bachillerato, una carrera como ADE, casarse y tener un coche de ocasión...
Diez años después.
Pero, ¿tan loco es pretender a estar alturas sacarse la licencia para pilotar aviones privados?
A esta respuesta pueden acudir opiniones diversas negando tanto esa posibilidad como hablando de si es o no algo deseable cuando uno ya ha conseguido una estabilidad de objetivos y una idea más o menos clara de lo que quiere hacer el resto de su vida. El caso es... ¿cuándo llega el momento en el que tenemos que renunciar a los sueños? Hay como cinco sueños importantes en la vida de cada cual y su cumplimiento o no puede deberse a muchos factores, entre ellos el externo, pues, al contrario de lo que os diría un escritor de autoayuda, yo sé que la influencia externa es tanto o más poderosa que la voluntad individual. Aun así no me resigno a pensar que nos está vedado el libre albedrío y la libre elección de futuros posibles para nuestras vidas.
Los aviones no me dejan dormir. Es un virus que ha vuelto a entrar en mi vida tras años dormido. Por supuesto que me siguen gustando la filosofía, el heavy y mis otras aficiones pero creo que en una persona esa diversidad de gustos puede llegar a tener cabida, si no mirad a Bruce Dickinson (que, a parte, hace esgrima...). No sé, creo que los límites están en nuestros sueños. Hay que soñar alto para que la realidad nos alcance muy alto porque en cuanto nos alcance y nos impida seguir más allá algo habremos conseguido.
De nuevo vuelvo a soñar alto, en las alturas, y en las bajuras también, desde hace 3 años este sueño en las bajuras adquiere su realidad y su posibilidad de convertirse en algo real. No me resigno a aburrirme. ¡Hay tanto que hacer!
...
Llevo dos posts que parecen de autoayuda. El problema de que algo parezca una cosa es que a veces lo es. Esto es más una autoayuda a mí mismo que a los que me estáis leyendo. Me da igual si os gusta o si os disgusta, si sacáis algo en claro o si os da lo mismo.
Creo que la autoayuda sólo funciona si uno es creador, artista. Autoayuda a lo Nietzsche, no a lo Ogg Mandino o Chopra.
Fran Riveira.
En Zaragoza, 14 de marzo de 2014.
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