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27 de agosto de 2014

Los orígenes de la cultura - Tercera parte


2 - El tabú:


En este punto se va a tratar de abarcar todo lo que significa el tabú, sus fundamentos y sus consecuencias. Además, como Freud, lo conectaremos con las teorías psicoanalíticas.
“El tabú es una palabra polinesia”, además es polisémica puesto que se refiere a lo sagrado a partes iguales que a lo peligroso o impuro. Lo contrario al tabú sería lo habitual, accesible a todo el mundo ordinariamente.
Las restricciones que implica el tabú no sólo son morales o religiosas, ya que no son fruto de la divinidad, sino que reciben de sí mismas el “feedback” que las autoriza. Además, su origen es desconocido, por muy naturales que nos parezcan a primera vista.
Habría varios fines con el tabú: proteger a los jefes de la tribu, proteger a los débiles, a todos del contacto de los cadáveres y todo tipo de enfermedades, proteger a los “nascituri”, etcétera.
El castigo por su incumplimiento es, cuanto menos, curioso. Una especie de “fuerza interior” actuaba y se vengaba por esta transgresión de la ley. Posteriormente esta fuerza interior se pondría en relación con el tótem, siendo asunto del tótem todo el origen de la venganza.
Más adelante, en plena civilización, estos tótems constituirían los primeros sistemas penales y, por tanto, recaería en la sociedad la función de castigar cualquier el abuso.
Existirían dos tipos de tabús, Freud extrae esto de la Enciclopedia Británica, el artículo de Northcote W. Tomas:

“Existen tabús permanentes y tabús temporales. Los sacerdotes y los jefes, así como los muertos y todo lo que con ellos se relaciona, pertenecen a la primera clase. Los tabús pasajeros se enlazan aciertos estados y actividades, tales como la menstruación y el parto, el estado del guerrero antes y después de la expedición, la caza y la pesca, etc. Hay también tabús generales que, a semejanza de un interdicto o del Papa, pueden ser suspendidos sobre una extensa región y mantenidos durante muchos años.”

Pero hemos visto el desarrollo del tabú hasta convertirse en ley, ¿no sería necesario dilucidar los orígenes del tabú propiamente?

Wundt, citado por Freud, dice que el tabú es manifestación de la creencia primitiva en los poderes demoníacos. Pero tampoco los demonios serían una causa primera, incluso los demonios (y dioses) se consideran creación psiquíca de los hombres.

Constantemente nos encontramos con nuevas barreras, no se puede explicar atendiendo a la materialidad o al hecho. Por eso Freud atenderá al psicoanálisis y, de nuevo, a la neurosis producidas en edades muy tempranas. El tabú se convertirá, entonces, en la conciencia moral.




“El tabú es una prohibición muy antigua, impuesta desde el exterior (por una autoridad) y dirigida contra los deseos más intensos del hombre. La tendencia a transgredirla persiste en lo inconsciente. Los hombres que obedecen al tabú observan una actitud ambivalente con respecto a aquello que es tabú. La fuerza mágica atribuida al tabú se reduce a su poder de inducir al hombre en tentación: se comporta como un contagio, porque el ejemplo es siempre contagio soy porque el deseo prohibitivo se desplaza en lo inconsciente sobre otros objetos. La expiación de la violación de un tabú por renunciamiento prueba que es un renunciamiento lo que constituye la base del tabú.”




No se prohíbe nada que no se desea, y esta prohibición persiste en el inconsciente del ser humano para luego legitimarse por la ley del tabú.

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