El día en que hicieron una compra no autorizada con mi tarjeta

El otro día hicieron dos compras a mi nombre con mi tarjeta de débito. Llevo usando esa tarjeta desde que soy mayor de edad y nunca tuve ningún problema con ella salvo una vez en la que tuve que renovarla porque dejó de funcionar su banda magnética. Al cabo de unos días me devolvieron la misma tarjeta y problema resuelto. Todas las compras que hacía por internet las realizaba con la misma tarjeta y hasta hace unas semanas no tuve el más mínimo problema.

Así, a finales de agosto (que es cuando peor me venía que me robasen, porque pocos días después me iba a marchar de España) vi en el servicio online "Línea Abierta" de la Caixa cómo me habían desaparecido 61€ en dos conceptos: una recarga de móvil y un alquiler de coche.

Saltaron enseguida todas mis alarmas y lo primero que hice fue corroborar que nadie de mi entorno (y mucho menos yo) había podido realizar esa compra. Efectivamente: nadie. Yo no doy mis números a nadie y mucho menos mis contraseñas, es una cuestión básica de seguridad.

Así que llamé corriendo al número que figuraba en mi tarjeta (yo nunca dejé de tenerla en mi poder). Era el número de VISA. En cuanto llamé, y tras dar una serie de datos personales, me atendió una chica y comenzamos el proceso de bloqueo de la tarjeta. Las compras se habían realizado ese mismo día a las dos de la tarde y yo me había enterado a las ocho. Por ello, y para evitar problemas mayores, decidí llamar sin pensármelo dos veces.

Al cabo de un rato ya estaba bloqueada la tarjeta y pedida una nueva. Con suerte me llegaría antes de marchar de Erasmus, así no tenía que molestar a nadie para traérmela o enviármela.

La chica que me atendió me dijo que tenía un seguro activado en mi tarjeta pero que para que se hiciese efectivo tenía que poner una denuncia en la comisaría más cercana. Eso hice, fui a la comisaría de Logroño (que estaba lejísimos del centro... estoy seguro de que hay gente que ha dejado de ir a denunciar tan solo por lo lejos que está) y me dijeron que necesitaban el extracto bancario que me podía dar mi banco, no el que yo saqué de Internet. Al día siguiente fui a mi banco, por la mañana, para pedir esta documentación, y de paso ver si habían vuelto a intentar hacer una compra a mi nombre.

Efectivamente, la persona del banco me dijo que pocos minutos después de que yo cancelase la tarjeta habían intentado hacer varias compras en una conocida web de compra de billetes... ¡hasta en tres ocasiones! Y en este caso la cantidad no era una broma: eran unos 400 euros.

Lo que he escrito hasta aquí es prácticamente lo mismo que aparece en la denuncia que hicieron en comisaría. Así, al rato fui a comisaría y firmé lo que había que firmar. En cuanto tuve mi ordenador delante opté por cambiar todas las contraseñas de mis cuentas bancarias y, además, modificar las cuentas de pago online (al bloquear la tarjeta, te devuelven una con el número cambiado).

Podría haber sido mucho peor, desde luego. Podría no haberme dado cuenta de esos dos (o más) cargos hasta pasados unos días, Podría ser alguien con más dinero que sentido común al que le diese igual perder 400€. Podría ser un ahorrador que tiene una cuenta para todo y que no lleva ningún control de sus gastos. Al ver tales cargos con perspectiva diría: bah, seguro que ese día compré algo pero ya no me acuerdo de lo que fue.

El modus operandi de estos hackers (o como quiera que se llamen) es el siguiente:

-Consiguen números de tarjetas bancarias. Cuando me refiero a números me refiero a toda la información que metemos en Internet de nuestras tarjetas, es decir, ni una sola contraseña.
-Entran en páginas webs sin seguridad donde son capaces de hacer compras mínimas sin que pidan comprobación vía teléfono móvil o algo por el estilo. Una vez hacen la tentativa y ven que la tarjeta funciona, prueban con un gasto más grande (en mi caso, primero probaron con 11€, luego con 50€). Y si eso también funciona, entonces se atreven con uno aún mejor. 400€ en mi caso.

Como no pudieron hacer la compra de los 400€ la intentaron hasta en tres ocasiones pero claro, la tarjeta estaba bloqueada.

-Y no sé si tienen fin. Lo mejor en estos casos no sé qué es. No puedo daros ningún consejo. No es cuestión tampoco de estar continuamente entrando en vuestra línea abierta (o banca-online, o como se llame en cada caso). Tampoco es cuestión de pensar que de repente nada en este mundo es seguro y comenzar a meter el dinero debajo de los colchones. Yo llevaba ya 5 o 6 años comprando por internet, desde un iPod Classic para el que ahorré mucho dinero hasta mis suscripciones mensuales de Google Music o Google Storage (e innumerables compras en Amazon). La mayoría (por no decir todas) de las páginas en las que he comprado eran seguras. Seguirá siendo un misterio de dónde sacaron mi número de tarjeta, pero me imagino que ha podido salir de cualquier sitio. Por ejemplo, el otro día hubo una filtración en Playstation Plus EEUU y descubrieron muchos datos personales. A saber si es por eso, o si es por mi propio banco, ni la menor idea.

-Otro modo de evitar esto es comprar tarjetas para pago online. En la Caixa creo que son gratuitas (aunque te cobran comisión por cada recarga de saldo que haces). Así lo máximo que te pueden sacar de esa tarjeta es lo que tú has metido.

-Otra forma es directamente no tener tarjetas de débito con las que poder hacer compras por Internet pero lo incómodo a la par de lo paranoico que esto resulta... no sé, vayámonos mejor todos al campo donde nadie nos pueda robar el fruto de nuestra cosecha salvo las lluvias y el mal tiempo en general.

Ya me han devuelto el dinero. La denuncia no sé cómo va y ni me importa. Creo que tampoco se celebrará juicio y, de celebrarse, no podría acudir.

Espero que este post os haya servido para saber cómo funcionan este "nuevo" tipo de ladrones (entrecomillo nuevo porque estos ladrones llevan haciendo esto quizá desde hace quince años, así que de novedad nada). Os deseo que nunca os ocurra.

Un saludo.

Francisco Riveira

En Estambul, Turquía.